De manera resumida: partiendo del saber hacer y del talento disponibles, analizar tanto el mercado, en función de las aportaciones de valor y diferenciación de los productos o servicios que puedan cubrir la necesidades detectadas y susceptibles de satisfacer, como las alianzas, el entorno y los recursos, estableciendo los canales de comunicación y distribución.
Esto para definir objetivos, diseñando planes para el logro de los mismos y estableciendo controles para que al realizar el despliegue nos permitan la revisión y reajuste de la estrategia.
Y siempre guardando una coherencia entre planes y objetivos con un mapa que nos permita distinguir la dirección de nuestra actividad.
No lo olvidéis tanto a nivel empresarial, como personal; tanto en proyectos nuevos como en marcha; ¡planificad! en la búsqueda permanente de los objetivos que, bien la empresa/equipo o la persona, tengan en cada momento, alineando lo actual con el futuro, pero siempre desde hoy y el ahora.